"Una mujer no necesita nada ni nadie para dar a luz".

Cuando decidí dedicarme al acompañamiento, sabia que debería romper muchos moldes.
Ser Doula, es hacer un trabajo personal, remover tus vivencias para que se coloquen en un lugar que te permita vivir en paz. Acompañar en paz.
El trabajo principal de la Doula es proteger a la mujer. Ofrecerle un espacio protegido durante el embarazo donde ella pueda exponer su sentir, su emoción, su preocupación.. sin juicios.
Pero el trabajo más potente, es procurar que integre en lo más profundo de su alma, que para que su bebe nazca lo único que necesita una mujer es confianza y un espacio protegido.
No necesita ejercicios de respiración, no necesita pautas, no necesita pujos dirigidos, no necesita masajes, no necesita fulares, pelotas, piscinas. No necesita nada más que comprender la fisiología del parto, y los requisitos necesarios para que eso pueda suceder.
De la mano de Michel Odent y Liliana Lammers pude captar la esencia de un nacimiento y la esencia de la Doula auténtica.
Proporcionar a las familias esa confianza es mi misión.
Sin embargo, hay recursos que me parecen interesantes y pueden ser muy beneficiosos para proteger ese espacio. Pues no sirve de nada un espacio acompañado por una persona que confía en ti, si en ese momento la mujer esta tensa, o los miedos salen a flor de piel. El ambiente deja de ser protegido y puede pasar a ser un espacio lleno de adrenalina, miedos y tensión.
Aquí empezaron a aparecer las primeras contradicciones, pues si las mujeres no necesitan nada, había que replantearse porque ellas buscaban mil recursos para "sobrevivir" al parto.
¿Cómo?
Siempre hay que volver a esa base. Transmitir a las familias la esencia del nacimiento, ofrecerles lecturas e información actualizada para que ellos mismos puedan transitar su propio camino.
Comprender la fisiología del parto es una tarea obligatoria para todas las familias. Pues si comprenden eso, es muy difícil no confiar en el cuerpo de la mujer para dar a luz.
Nadie se plantea si será capaz o no de respirar, de digerir, de defecar. Sabemos que nuestro cuerpo lo hace solo, y cuanta más mente pongamos, más difícil será el proceso. Y si no, intenta dirigir tu digestión, o la próxima vez que vayas al baño dirige ese acto. ¿Difícil verdad? Sin embargo, ¿qué nos pasa con el parto?
El parto es un proceso fisiológico igual, que se da de forma natural y espontánea. Sólo debemos hacer que nuestra mente (Ni nadie externo) no intente controlarlo.
La mujer debe poder entrar y profundizarse en el planeta parto, no dejar que el neocórtex sea el que tome el control en ese momento. Dejarse sentir y acompañar de forma instintiva todo lo que el cuerpo va pidiendo, sin poner la mente en marcha.
Eso requiere 0 preguntas a la mujer para permitir que el neocórtex siga desactivado, 0 tensiones, 0 intervenciones, 0 dirigir, 0 adrenalina, Muy poca luz, mucho respeto, 0 prisas.
El parto es lo mas parecido al acto sexual, precisa de intimidad, libertad de expresión y movimiento, poca luz (o no), confianza en la mujer y el bebe, tiempo y relajación..
¿qué pasaría Si respetáramos todo esto? ¿si todas las mujeres pudieran dar a luz en un entorno como este?...
Como Doulas debemos hacer llegar a las familias esa base, y adaptarnos, a cada familia, a cada vivencia, a cada sentir. Acompañar y confiar profundamente en este bello y mágico proceso.
Pues es legítimo que una mamá con una experiencia previa traumática, pueda sentir miedos aún y saber perfectamente que el cuerpo de la mujer está perfectamente preparado para dar a luz. Y puede hacerla sentir culpable, o "sentir que no es capaz" si no siente esa confianza ciega por su cuerpo.
Devolver a la mujer la confianza que un día tuvo es un trabajo que ella misma realiza cuando creamos espacios compartidos con una persona de confianza, con conocimiento, sin juicios, con presencia y escucha absoluta, para expresar, aprender y compartir. Por ejemplo una Doula.
Así pues, todo lo que haga sentir a una mujer más relajada y segura está bien.
Adaptarse y ser flexibles. Saber y aceptar, que muchas veces es maravilloso tener a mano las herramientas (Fulares, pelotas, piscina, masaje, aromaterapia,..) que puedan acompañarles en ese momento, con el fin de que el espacio sea relajado y protegido. Para poder dejar fluir al cuerpo, que es muy sabio y sabe perfectamente qué debe hacer para que nazca ese bebé.
Pero haciéndoles SIEMPRE saber que; "Una mujer no necesita nada ni nadie para dar a luz".
Laia Grimau.